El Centro Subantártico Cabo de Hornos, que se construye en un lugar privilegiado de la ciudad de Puerto Williams, comuna de Cabo de Hornos, consiste en un espacio físico que albergará al centro universitario más austral del mundo, destinado a la investigación de excelencia en ecología, biodiversidad subantártica, cambio ambiental global, ética ambiental y conservación biocultural. El edificio albergará también un Centro de Educación con carreras de formación técnica acordes a los requerimientos e identidad de la zona, y un Centro de Visitantes para el turismo sustentable.
El proyecto comprende la ejecución de obras civiles, con una superficie proyectada de 2.581 m² construidos, el cual está destinado a fortalecer tres líneas de acción: Centro de -Visitantes (áreas comunitarias), Centro de Educación y Centro Científico.
El edificio es la realización de un hecho arquitectónico que se manifiesta por la acción de un grupo de científicos, una especie de templo centinela de la biodiversidad. Por ello el emplazamiento tenía que materializarse en un lugar donde captara el horizonte a su alrededor y fuera percibido desde la distancia. “Es indudable que, debido a los vientos y el clima riguroso de la zona, su asentamiento debería haber sido en un área del terreno más resguardado. Sin embargo, la necesidad de estar presente en la geografía y en el paisaje, hacían indispensable su presencia en lo más alto. Así, el centro se presenta como un faro cuyo resplandor se percibe desde las aguas del Beagle, custodiando así la biodiversidad”, comenta Cristian Ostertag, arquitecto del proyecto.
Se trata de un centro triple, que acogerá visitas turísticas, educación e investigación, a través de una arquitectura sustentable, respetuosa con la naturaleza, eficiente energéticamente y en base a un riguroso planeamiento en torno a la ciudad”, prosigue Raúl Irarrazabal.
Justamente el diseño del edificio y su materialidad respondieron a condicionantes funcionales, de eficiencia energética y climáticas propias de Magallanes, teniendo como objetivo el ser un referente arquitectónico de edificación pública sustentable.
La materialidad de los volúmenes se armó sobre la base de marcos estructurales, entre los cuales solo existe vidriado termopanel, lo cual le brinda una corporeidad sumamente translucida al edificio, estableciendo una conexión visual entre el interior y el exterior.
La autoría de este proyecto se logró gracias a la conjunción de tres oficinas de arquitectos en sus distintos roles: Kevin McClurkan, Richard Olcott y Marcela Villarroel Arestizábal, autores en calidad de Arquitectos diseñadores, Cristian Ostertag como autor en calidad de arquitecto supervisor, e implementación técnica y Cristian Sanhueza como Autor en calidad de coordinador.
Fuente : Website de la a Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT)